Este proyecto de vivienda unifamiliar de dos plantas  fue pensado para crear espacios amplios, conectados y llenos de luz natural, con una estética contemporánea y materiales cuidadosamente seleccionados.

En la planta baja se encuentra la zona de día, conformada por un amplio salón-comedor de concepto abierto que fluye con naturalidad hacia la cocina. Aunque ubicada en un área independiente, la cocina se integra visualmente gracias a un cerramiento de puertas correderas de cristal que permite mantener la comunicación visual entre los espacios sin perder funcionalidad. Su diseño moderno se apoya en una paleta elegante: muebles en acabado negro y roble natural que contrastan armoniosamente.

La planta superior alberga las zonas privadas de la vivienda, destacando la habitación principal con baño en suite y acceso a una terraza privada. Esta terraza, revestida con césped artificial, ofrece un espacio perfecto para el descanso al aire libre, aportando un valor añadido a la vivienda.

En toda la casa predominan los tonos cálidos, con paredes en color crema que aportan serenidad y amplitud visual. El suelo, las puertas y la escalera están acabados en madera de roble, reforzando la sensación de confort y continuidad estética, mientras que los detalles en negro y la carpintería exterior aportan contraste y un carácter moderno y sofisticado.

Completan el proyecto armarios diseñados a medida en blanco y roble, que no solo optimizan el almacenamiento, sino que se integran perfectamente en la estética general de la vivienda.

Esta casa es un claro ejemplo de cómo una arquitectura bien pensada puede dar lugar a un hogar funcional, cálido y visualmente coherente.